EL JUEZ JUSTO


 

¡ No rechaces su ayuda ¡

Una amiga me conto que su hermana perdió una propiedad por que unos supuestos herederos eran los dueños de la misma, un sobrino, que era abogado, le dijo que él podía ayudarla en ese problema pero ella no lo considero necesario y pasado el tiempo y el sobrino abogado lo constituyeron juez. Un día cuando menos lo esperaba a mi hermana le llego una cita para que se presentara ante la corte con toda la documentación que ella alega temer que la acreditaban como dueña de la propiedad. En ese momento se acordó de la ayuda que su sobrino le había ofrecido, y cuando se pudo comunicar con él ya era demasiado tarde porque su sobrino ya no podía fungir como abogado por que era un juez, el mismo dicto sentencia en el caso de su tía, y perdio todo lo que tenia.

 

Querido hermano y amigo, he aquí lo que nos puede suceder cuando rechazamos la misericordia de aquel que sí puede ayudarnos en nuestros fracasos por la consecuencia de haber hecho caso omiso al ofrecimiento de ayuda, pero recuerdas Dios es un Dios justo. Él nos ha dado leyes que espera que obedezcamos. Sin embargo, él también es un Dios cariñoso y Él nos conoce perfectamente. Debido a esto, Él sabe que no vamos a obedecer todas las leyes y que pecaremos durante nuestra vida. La justicia requiere que seamos castigados por cada pecado, incluyendo el castigo de no poder regresar a la presencia de Dios. Las Escrituras nos enseñan que ninguna cosa impura puede entrar en la presencia de Dios. Dado que sería imposible para cualquier persona mortal abstenerse del pecado, Dios amorosamente nos proveyó un Salvador. Esto permite a la justicia ser atenuada por la misericordia.

Ese salvador fue aprobado y esta delante de nuestro Dios como nuestro abogado,

Hijitos míos, estas cosas os escribo para que no pequéis; y si alguno hubiere pecado, abogado tenemos para con el padre, a Jesucristo el justo. (I Juan 2:1)

Pero qué triste amigo, hermano, si rechazamos la ayuda de ese abogado, por causa de nuestra terquedad, por creernos autosuficientes llegara el día que tendremos que presentarnos ante el supremo ya no como abogado, sino como juez, sus palabras dicen:

Porque el Padre a nadie juzga, sino que todo juicio dio al Hijo, (Juan 5:22)

Y los que hicieron lo bueno, saldrán a resurrección de vida; más los que hicieron lo malo, a resurrección de condenación.

https://youtu.be/GYxFef-0gfg